Hola, me llamo Fede Baragiola pero mundialmente soy conocido como El Gato. Desde el año que viene voy al ser el entrenador de sus hijos y quiero decirles que fue por propia decisión que asumo una tarea tan delicada. Cualquiera que me conoce sabe bien que no solo soy el mejor jugador que ha dado este club en toda su existencia sino que, además, tengo la habilidad de reconocer, al instante, cuando delante de mis ojos se planta un equipo distinto; y eso es lo que es La 96, algo increíble e inconmensurable.
Harto de darle mis conocimientos a bandas de ladrones que vestían la azul y verde, esta vuelta he decidido hacer, por primera vez, las cosas bien y darle mi toque mágico a estos hechiceros de la ovalada. Sinceramente nunca en mi vida ví chicos que a su edad tuviesen esas condiciones individuales y ese funcionamiento colectivo; es poesía para los ojos y me hacen acordar al Francia del 68 con esa primera línea inolvidable formada por Morfón, Lamastic y Selacomí junto a la famosa pareja de centros (y novios), Tufí y Memé.
Para que sepan que esto es en serio, quiero dejar por escrito mi compromiso de que voy a enseñarles todos mis secretos, incluso aquellos que pensé me iba a llevar a la tumba: el tackle a destiempo y el drop desde atrás de mitad de cancha, mi sello único y personal.
Como una forma de que me vayan conociendo más íntimamente, les dejo algunas fotos con momentos especiales de mi vida así, aparte de conocer mi perfil de gladiador, conocen mi costado más sensible que también tengo.
Por último quiero hacer un pedido muy especial al señor Benito Morasso, casi una gloria del club como yo. Dentro de mi plan de trabajo, tengo como prioridad número uno, aceitar al máximo esa máquina de guerra que es el pack de gordos de la división y para eso necesito de todo el conocimiento de un primera línea con todas las mañas y para eso nadie mejor que él. Su ayuda sería invalorable y a mi me permitiría dedicarme a hacer un poquito más hombres a esa piala de afeminados floggers en que se han convertido todos los backs del equipo. Desde ya voy avisando que donde vea un pasito flogger, una melenita despelechada o un chupín rojo, lo mando a entrenar con la escuelita de hockey. Están avisados.
En el verano aflojen con los bombones y salgan a correr alrededor de la plazita del barrio. Si creen que el año que viene va a ser un paseo, no saben con quién se metieron.
Feliz año nuevo!
Harto de darle mis conocimientos a bandas de ladrones que vestían la azul y verde, esta vuelta he decidido hacer, por primera vez, las cosas bien y darle mi toque mágico a estos hechiceros de la ovalada. Sinceramente nunca en mi vida ví chicos que a su edad tuviesen esas condiciones individuales y ese funcionamiento colectivo; es poesía para los ojos y me hacen acordar al Francia del 68 con esa primera línea inolvidable formada por Morfón, Lamastic y Selacomí junto a la famosa pareja de centros (y novios), Tufí y Memé.
Para que sepan que esto es en serio, quiero dejar por escrito mi compromiso de que voy a enseñarles todos mis secretos, incluso aquellos que pensé me iba a llevar a la tumba: el tackle a destiempo y el drop desde atrás de mitad de cancha, mi sello único y personal.
Como una forma de que me vayan conociendo más íntimamente, les dejo algunas fotos con momentos especiales de mi vida así, aparte de conocer mi perfil de gladiador, conocen mi costado más sensible que también tengo.
Por último quiero hacer un pedido muy especial al señor Benito Morasso, casi una gloria del club como yo. Dentro de mi plan de trabajo, tengo como prioridad número uno, aceitar al máximo esa máquina de guerra que es el pack de gordos de la división y para eso necesito de todo el conocimiento de un primera línea con todas las mañas y para eso nadie mejor que él. Su ayuda sería invalorable y a mi me permitiría dedicarme a hacer un poquito más hombres a esa piala de afeminados floggers en que se han convertido todos los backs del equipo. Desde ya voy avisando que donde vea un pasito flogger, una melenita despelechada o un chupín rojo, lo mando a entrenar con la escuelita de hockey. Están avisados.
En el verano aflojen con los bombones y salgan a correr alrededor de la plazita del barrio. Si creen que el año que viene va a ser un paseo, no saben con quién se metieron.
Feliz año nuevo!
En brazos de papá el día de mi nacimiento. Pobre viejo, hasta ese preciso momento era un tipo feliz.
El faso, ¡como me gusta! No hay nada que me motive más antes de un partido. ¿Qué me falta el aire y nunca llego a las jugadas? La culpa la tienen los otros catorce que insisten jugar el partido lejos de su crack, o sea, yo.
Después de cualquier partido, en donde seguramente me tuve que poner el equipo al hombro, no hay como tirarme a ver la tele y tomarme unas cuantas cervezas.
Gato. Por este vestidito me pusieron el sobrenombre. Me lo hizo la vieja para el día de mi comunión. Ese día me sentí una diosa, pero no entiendo por qué el viejo me llevó de vueltas a casa a patadas en el traste y hasta que no me puse el trajecito gris con corbata blanca que me compraron en El Niño Argentino, no me dejó salir de mi pieza.
1 comentario:
Si entrena con la pilcha de la comunión, me voy a llevar báaaarbaro con esssste pibe!
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