Por la forma en que quedaron destruidos los zanguangos, luego del primer entrenamiento del año, podemos darnos cuenta de que la cosa arrancó bien. Todo ordenadito y pautado, con tres entrenadores y dos asistentes, la sensación es positiva y ya nos hace pensar en pequeños objetivos: ganar todos los partidos del año, prestarles jugadores a la primera, rugby champagne, etc, etc; todos objetivos pautados con la mesura que nos caracteriza.
Lo que todavía tenemos que mejorar es en el tema de la puntualidad muchachos: el Sábado arrancó el entrenamiento con 30 jugadores y terminó con 44. Ya estamos grandes y sabemos que tenemos que llegar con media hora de anticipación como para que nos sobre tiempo suficiente de preparar el equipo y salir a la cancha. A ver si nos ponemos las pilas y respetamos las pautas. El que todavía lo tiene que arrastrar el padre o la madre de la cama, que se dedique a secretaria, no está para un juego de caballeros como es el rugby.
Mención aparte para la primera que jugó con Los Matreros. Les mandamos un saludo a todos los muchachos que tuvieron mucha actitud contra un rival que vino a jugarse la final del mundo. No hay dudas que jugar contra un club de primera como Cirano motiva a cualquiera. También le mandamos un afectuoso saludo al arbitro y le deseamos una pronta recuperación de la ceguera que padeció en largos pasajes del partido. Teniendo en cuenta que rotó casi todo el equipo y que faltaron varios jugadores importantes, el resultado es bueno y seguramente tendremos una temporada exigente pero con final feliz.
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