Locro del 9 de Julio: mucho ruido y pocas nueces

Hubo mucho trabajo de parte de nuestra división para que el resultado del tradicional locro del 9 de Julio fuera un éxito completo, lamentablemente, los resultados no fueron para nada los esperados y tanto sacrificio, casi resultó en vano. No lo fue totalmente debido a que tuvimos una concurrencia cercana a las 250 personas que permitieron, con su ayuda, consumir un poco más de la mitad de lo preparado pero las estimaciones más optimistas mencionaban una concurrencia superior al doble. Con la misma expectativa, las chicas de hockey concurrieron con sus tradicionales tortas (muy buenas todas, por cierto) para quedarse finalmente con muchas de las 39 que habían llevado. Sin duda, la familia ciranense no concurre al club salvo que haya una actividad deportiva que lo justifique y ese Viernes, los únicos que entrenaron fueron nuestros chicos. Por suerte, después del mediodía, llegaron algunos jugadores de la primera que fueron a entrenarse para su partido del día siguiente. Sin duda ayudaron a consumir parte de lo preparado pero era demasiado hasta para sus voraces estómagos.

Sin duda no es el lugar ni tampoco es nuestro estilo pasar factura por lo sucedido, aunque si estamos convencidos de tener el derecho a reclamar a todas las familias de nuestra división que no concurrieron ya que son los destinatarios directos del esfuerzo de los organizadores. El primer y último fin de todas estas movidas (locro, baile, prode, dulce, etc) es conseguir juntar fondos para que TODOS los chicos de la M14 viajen JUNTOS a la gira que marca un antes y un después en su vida deportiva; dejan de ser infantiles para ser juveniles y federados, no es un simple cambio de nombre. Esta actividad, sin duda, es un recuerdo imborrable para cada uno de ellos y seguiremos trabajando para que ninguno se pierda este momento tan importante de sus cortas vidas. Sin duda, hay muchos padres que están en condiciones de abonar este evento sin que se les mueva un pelo, así como también algunos no la tienen tan fácil, pero el objetivo no es hacer un muestrario de poder y miserias, todo lo contrario, es corroborar desde el ejemplo paterno lo que lo chicos aprenden dentro de la cancha: que son un equipo y que el sustento filosófico de su funcionamiento es la solidaridad. Si los grandes no entendemos esto, difícilmente los más chicos puedan llegar a comprenderlo. Nos guste o no, los mayores somos el espejo en donde se reflejan y se proyectan como personas. Por el bien de ellos, tratemos de estar a la altura del desafío.