Que hacía mucho frío (los más viejitos se congelaron aunque no fue mi caso), que el viento te llevaba (al apertura que le tocaba jugar contra el viento, pateaba y le volvía la pelota a las manos), que el polvo que se levantaba por momentos no dejaba ver nada, que a esta altura del año la cancha 3 es lo más parecido a jugar sobre porcelanato de alto tránsito (dicen que los bolitas de enfrente la quieren alquilar para poner una pista de patinaje artístico), es todo cierto pero, pequeño detalle, las malas condiciones estaban para los dos lados y los nuestros dieron un concierto de knock on, pases forward, perdidas de posición en cada contacto y tantos otros "pequeños" detalles que los hace tan particulares y que seguramente le asegurará una úlcera sangrante para cada entrenador que los sufre en cada entrenamiento.
Igual tampoco fue tan dramático ni fue peor que otras veces, lo que sucede es que después de tanto entrenamiento ya deberían haber incorporado varias de las cosas que tanto practican pero confiamos que cuando salgan de la edad del pavo, recuperen el conocimiento y se acuerden de todo lo que les enseñaron. Eso si, mientras tanto no estaría mal que tackleen un poquito más; eso de dejar pasar a los rivales como si estuvieran paseando por Florida queda, por lo menos, medio de afeminados.
Pero al final de cuentas lo que importaba era jugar con los chicos de Ushuahia Rugby (y contra algunos padres también, por los bigotes que tenían algunos muchachos) y pasar un buen momento de camaradería como el que se vivió el pasado Jueves 12 de este mes. Si ese era el objetivo, cumplieron ampliamente.
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