Los partidos no se ganan antes de jugarlos y el sábado pasado se confirmó la regla. Nuestros players llegaron a Villa de Mayo con la sensación íntima de que venían a cumplir con un trámite pero se olvidaron que enfrente tenían a un equipo que estaba para jugar en serio y no les iba a regalar nada; resultado: no la sacaron barata. Sucede que el triunfo indiscutible, la semana anterior, frente a los chicos del SIC, les levantó la autoestima y se las dejó cerquita de la estratósfera y cuando empezaron a jugar estaban en otra, mientras que los Cubanos jugaron todos los partidos con los dientes apretados. Cuando se dieron cuenta, en lugar de ordenarse y jugar como equipo, tomaron el camino de la heroica y cada uno se quiso hacer el salvador, no llegando nunca, de esta manera, a presentar una oposición seria a su oponente ni creando circuitos de juego para alcanzar al in goal contrario.
Como siempre, de todo se puede sacar algo positivo; en este caso demostraron que tienen mucho amor propio y que, cuando logran concentrarse, la gran mayoría tiene destrezas que llaman la atención por su edad. Como negativo ha quedado demostrado de que después de un gran partido, el siguiente se les hace cuesta arriba y pasa, simplemente, porque se aflojan del bocho. Tal vez, para este año, ese sea el verdadero desafío: que logren jugar cada partido con la máxima concentración y el máximo compromiso. Esto, junto al hecho verdadero que la presencia de su actual entrenador los tiene muy incentivados, seguramente ayudará a alcanzar este objetivo.
Para cerrar, podemos sincerarnos y decir que esta división, si logra hacer las cosas bien, tiene un futuro con destino de leyenda y esto no hay quién lo niegue.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario